No es chocolate, aunque lo parezca (makovy kolace)

Después de un entrante y un plato principal, toca un postre. No lo había pensado así, pero mira por donde me ha salido comida para un día… o dos.
A mí siempre me ha gustado mucho la bollería con chocolate: cruasanes, napolitanas, cañas… Al llegar a esta república, como para desayunar no hay tostadas, pues pensé que una napolitana de chocolate no estaría mal para desayunar. Así que con las mismas me planté en una cruasantería a hacer la compra golosa. Como en aquella época yo iba de asombro en asombro, esto no iba a ser menos. Al entrar atraído por un estupendísimo olor a bollería y mirar todas las vitrinas, me percaté de que vale, sí, mucha bollería, mucho cruasán pero todos rellenos de lechuga, jamón york, tomate y cosas por el estilo. En un pequeño rincón de una de las vitrinas estaban los que parecían ser dulces, no salados. Rellenos de fruta, mermelada, crema y algo oscuro que pensé que era chocolate. Sin temor de Dios pedí uno como buenamente pude, pensad que mi dominio del idioma era aún menor que ahora. Así que tan contento me fui de la tienda con mis 4 pañuelos rellenos de lo que yo creía que era chocolate por su color. ¡Inocente e ingenuo de mí! Me di cuenta al primer bocado. ¡Aquéllo no era chocolate! ¿Qué era? Ni idea; estaba muy bueno aunque bastante alejado del sabor a chocolate que yo esperaba.
A partir de entonces, cometí el mismo error varias veces, aunque otras lo compré a conciencia. El científico método de prueba-error nunca me ha fallado, y por supuesto ha sido y sigue siendo, el más utilizado. ¿Qué era aquéllo entonces? Pues algo desconocido para mí hasta entonces: semillas de amapola. Yo creía que las semillas de amapola sólo se utilizaban para la elaboración de opio, y que por mi tierra al menos, era una flor silvestre y libre como el viento. Pues aquí se cultiva, y las semillas se comen. Tanto en pastelería como en diversos tipos de panes y picos, y por supuesto, como relleno de la polivalente masa que hemos visto en las dos recetas anteriores.
No es un postre específico de esta república, sino que se como en casi toda centroeuropa. En Polonia, por ejemplo, es uno de los dulces típicos de Navidad. En cuanto a España, no tengo ni idea de si se comen o no. En mi zona desde luego que no. Y además creo que las semillas de amapola no se encuentran tan fácilmente como aquí, que incluso las venden a granel. Supongo que en algun herbolario las habrá. Tampoco se me ocurre con qué se puede sustituir porque tiene un sabor bastante característico, y si lo cambiamos pierde su gracia. De todas formas, ahí va la receta.

Ingredientes:
300 gramos de semillas de amapola
200 gramos de azúcar
2 claras de huevo
Un puñadito de pasas (ciruelas o uvas, lo que se tenga a mano)
Un puñadito de almendras (peladas)
125 gramos de mantequilla

Preparación:
Lo primero de todo es cocer las semillas de amapola en un cazo con agua a fuego lento durante media hora. Después las escurrimos bien utilizando un paño porque en un escurridor se nos irían todas por los agujeros. Ponemos el paño en el escurridor y con los picos apretamos como si fuéramos a quitarle el suero a un queso (lo sé por los documentales, no porque yo haya hecho queso alguna vez en mi vida).
A la vez que las semillas se cuecen, echamos las almendras en otro cazo con agua para escaldarlas y pelarlas. Y a la vez también, ponemos un poco en remojo las pasas, para que se hidraten un poco.
Llega la hora del molido. Lo echamos todo en el accesorio de pica de la batidora, la que lo tenga. Si no, pues nos apañamos como podamos. La cuestión es que quede una pasta con todo bien triturado para que las semillas no se queden en los dientes, que queda muy feo. Lo volvemos a echar todo en el cazo y añadimos el azúcar. Lo cocemos todo un poquito.
Ponemos a punto de nieve las claras, sin matarnos, porque no vamos a hacer una mousse, es sólo para que quede un poco esponjoso. No os preocupeis, que las yemas las vamos a utilizar también más adelante, aquí no se tira nada. Añadimos las claras a punto de nieve al mejunje que está calentándose. Lo mezclamos bien, y los pasamos a un cacharro, o en el mismo dejamos que se enfríe y coja firmeza. Es mejor hacerlo de un día para otro, o de la mañana a la tarde.
Podríamos hacer la masa nosotros mismos, pero es mucho más fácil comprarla hecha. Yo he usado hojaldre, pero puede ser otro tipo de masa, tipo masa brie (no sé exactamente como se escribe) que es más suave.
Paso semifinal: ponemos el relleno de las semillas de amapola en la masa y la enrollamos, o la cerramos y pintamos con las yemas sobrantes y un picel. Y por último, 45 minutos en el horno a 180º.

5 respuestas a No es chocolate, aunque lo parezca (makovy kolace)

  1. Anonimo dijo:

    No me lo creo. Bueno si me lo creo. Se que eres capaz de eso y de más. Yo quiero probarlo. El tuyo, el que tú haces, por que cuando yo lo probé me sentí decepcionado esperando el chocolate (no eres el único adicto a la bollería con chocolate). No se, me fío más de ti, o de los polacos. Pero si es un postre navideño … ¿Hará mucho frío para Navidad en Polonia no?

    POCOYO

    • Ni está, ni se le espera dijo:

      ¿Qué no te crees?
      Pues busca semillas de amapola y sigue la receta paso a paso jeejeje

      • Anonimo dijo:

        SISISI. Este otoño desarrollaré mi faceta de repostero. Tu jardinero y yo aficionado a la cocina checa.

        POCOYO

  2. Tuonela dijo:

    Ole, ole, estoy hay que probarlo. Me das alguna recomendación de cosas ricas que comer por allí?? Saluditos.

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